"Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro." Job 23:10
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó huevos en la otra zanahorias y en la última colocó café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impaciente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente colocó el café y lo puso en un tercer recipiente y mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves? -zanahorias, huevos y café. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias.