... ¿Alguna vez has sentido que tu vida está a medio construir?
En algún momento te encontrabas lleno de fuerzas e ilusión
construyendo. Tenías sueños, metas, una visión clara y un plan para
llevarlo a cabo pero de momento los abandonaste. Era tu intención
terminar pero hubo tanta oposición que simplemente te desalentaste y sin
darte cuenta entregaste lo que estabas haciendo, te diste por vencido.
El problema es que al no terminarlo la imagen de la obra incompleta
viene a ti y te atormenta. Pero aun así no sabes cómo continuarla ni
tienes fuerzas.
Sabes no es la primera vez que esto ocurre, el pueblo de Dios pasó
por esto. Luego que Dios moviera al Rey Darío de Persia a liberar a los
cautivos para que regresaran a su tierra y apoyarlos para la obra de
reconstrucción del templo, la oposición hizo que el pueblo abandonara la
obra por temor. Las personas regresaron a sus hogares y la gran obra
que Dios quería hacer utilizando a su pueblo se detuvo por cerca de 16
años. [Si quieres conocer los detalles lee los primeros 6 capítulos de Esdrás, si no tienes Biblia a la mano puedes conseguirlo aquí http://www.biblegateway.com/passage/?search=esdras%201-6&version=TLA ]
Luego de ese tiempo Dios utilizó a los profetas Hageo y Zacarías para
sustituir el desaliento que había en los corazones de los israelitas
por deseos finalizar la obra. Hoy quiero compartir sólo cuatro pasos
sencillos que se encuentran en el libro de Hageo para continuar la obra [Cuando
tengas tiempo lee este libro en su totalidad, te va a servir de
inspiración. Es muy corto tiene solamente 2 capítulos y entre ambos 38
versículos puedes terminarlo en menos de 15 ó 20 minutos. Lo puedes
encontrar aquí http://www.biblegateway.com/passage/?search=hageo%201-2&version=RVR1960 ]
- Meditad sobre vuestros caminos [Hageo 1:7b]. Ve a lo que estabas haciendo anteriormente. Toma tiempo para revisar las razones por las cuales te desanimaste. Busca factores específicos que pudieron influir internos o externos. Examina tus actitudes, las decisiones que tomaste, lo que hiciste o lo que dejaste de hacer y hasta las personas con las que te rodeabas. Luego pregúntate, ¿aún estas cosas me afectan/influencian? ¿aún me comporto/pienso así? De la misma forma que las plantas necesitan condiciones especiales en cuanto a la tierra, agua sol, etc. para lograrse el fruto; la obra que Dios quiere hacer en ti también. Luego que hayas tomado nota de las cosas que tengas que cambiar busca en la Palabra cómo trabajarlas y pídele al Espíritu Santo que te ayude, te guie y te fortalezca en este proceso.
- Subid al monte [Hageo 1:8a] Significa movernos de la situación actual, trasladarnos de un lugar o nivel a otro más alto. En nuestra vida cristiana subir al monte significa tener momentos a solas con Dios para fortalecer tu relación con Él. Esto lo logras a través de tu vida devocional; lee la Palabra constantemente, ora a diario y ayuna regularmente. Lo más hermoso de esta parte es que cuando Dios te dice sube al monte , Él es quien te espera ahí.
- Traed madera y [Hageo 1:8b] La madera es material esencial para construir y eso te dice Dios, llévame material para trabajar. Tus talentos, tus dones… ¡Con ese propósito fueron puestos en ti! Búscalos y ¡LLÉVALOS!
- Reedifica la casa [Hageo 1:8c]. Simple, pon manos a la obra y da el primer paso. Haz memoria, ¿en qué te quedaste? No te preocupes si al momento no conoces como terminarás, solamente comienza que el Espíritu Santo se encargará de guiarte.
Repite estos pasos cuantas veces sea necesario y si durante el
camino mientras estás reconstruyendo vuelves a sentir que el desaliento
te gana. Lee en voz alta esto: “Pero yo soy el Dios de Israel y estoy contigo, [en esta próxima parte sustituye estos 3 sujetos con tu nombre ] Zorobabel, con Josué y con todo el pueblo; ¡anímense [anímate] y pongan [pon] manos a la obra! Cuando ustedes salieron de Egipto [Cuando comenzaste] , yo les [te] prometí que los [te] acompañaría; y así ha sido siempre: ¡mi Espíritu los [te] acompaña! Por eso, no tengan [tengas] miedo.” Hageo 2:4-5 Versión Traducción en Lenguaje Actual
Él está contigo y es Su promesa ayudarte. Ahora te pregunto, ¿Qué esperas? Pon manos a la obra nuevamente.
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