Hace años atrás una compañera de universidad me contó una historia que vivió en un viaje que si no me equivoco fue a Panamá. Ella dijo que durante la época de lluvia muchos hermanos de una iglesia extremadamente humilde viajaban hasta 2 horas por caminos de campo para llegar al templo. Y que cuando llegaban estaban todo el culto peleando con el agua que se les metía al ranchón, pero nunca cancelaban culto ni tenían hermanos de menos.
Muchos dicen que nosotros somos más afortunados por que tenemos bendiciones que hacen nuestra vida más fácil como lo pueden ser los carros o carreteras bien pavimentadas. Pero en realidad afortunados son los que permiten que el amor de Dios sea su brújula sin importar el sacrificio que tengan que pasar por estar en su casa.
No comments:
Post a Comment